Estrenamos blog en Eureka…
Un blog en el que trataremos temas educativos, pedagógicos y como no, a veces controvertidos. Hablaremos sobre diferentes dificultades del aprendizaje, modelos pedagógicos, deberes infantiles, nuevo modelo ABN en el aprendizaje de matemáticas, lectoescritura, TDAH, etc…
Para ello queremos empezar con un tema un tanto delicado: la
dislexia, esa gran incomprendida: incomprendida por la escuela, incomprendida
por la sociedad y muchas veces incomprendida por las propias familias y
alumnos.
En la escritura:
La dislexia es una dificultad en la lectoescritura que afecta
a un gran número de niños y niñas, por eso está cobrando gran relevancia en el
terreno escolar. Pero nos tenemos que
plantear si esta dificultad afecta sólo al niño o niña en cuestión, o afecta a
su círculo escolar más cercano. En España, nuestra legislación educativa
defiende una “Atención a la diversidad”, pero en la realidad parece que
seguimos poniendo unas metas que todo el alumnado tiene que superar por igual,
por lo tanto, a los afectados por dislexia se les llega a considerar como vagos
o despistados. La falta de formación en el profesorado, los diagnósticos
prematuros, y la incompetencia del sistema educativo hace difícil una buena
actuación con estas dificultades del aprendizaje escolar que llevan a un
fracaso escolar muy evidente.
Antes de seguir… ¿Qué es eso de la dislexia?
La dislexia, definida de forma sencilla, es el problema para
aprender a leer que existe en niños cuyo cociente intelectual es normal y no
aparecen otros problemas físicos, pedagógicos o psicológicos que puedan
explicar estas dificultades.
La dislexia es una Dificultad Específica del Aprendizaje
(DEA), término que hacer referencia a un gran grupo heterogéneo de trastornos
en las dificultades en la adquisición y uso de habilidades de escucha, habla,
lectura escritura, razonamiento o cálculo. Estos trastornos pueden manifestarse
a lo largo de la vida.
Teniendo en cuenta su carácter específico, los niños
disléxicos son niños inteligentes, que solo presentan dificultades relacionadas
con la lectoescritura
Tenemos que tener en cuenta que cada niño es un mundo,
también en la adquisición de la lectoescritura. Por ello, no todos los niños disléxicos tienen las mismas
dificultades, de esta forma es muy recomendable una evaluación exhaustiva para
elaborar una intervención lo más personalizada posible.
¿Cuándo una persona NO es disléxica?
- Cuando existe retraso madurativo o intelectual.
- Cuando la dificultad es debida a defectos de visión.
- Cuando hay alguna discapacidad psíquica o física.
- Niños en situaciónes ambientales desfavorables.
- Niños con dificultades para adquirir la lectoescritura, las cuales desaparecen por sí solas o tras una breve intervención.
- Las personas con dislexia NO leen al revés.
- La dislexia no es una enfermedad.
Entonces… ¿cómo sé si mi hijo/alumno tiene dislexia?
Antes de nada, no debemos hacer diagnósticos prematuros.
Hasta los 7 u 8 años tanto niños sin dislexia como niños con dislexia pueden
llegar a presentar los mismos síntomas ya que están en plena etapa de la
adquisición de la lectoescritura. A pesar de ello, una prevención anterior es
muy importante: en caso de que se vean síntomas en edades anteriores es
conveniente realizar una prevención para paliar los efectos de una posible
futura dislexia o bien para mejorar y beneficiar los procesos de lectoescritura
del propio niño o niña.
Algunos de los síntomas y signos de la dislexia son los
siguientes:
(antes de seguir, es importante recalcar que no todos los
estudiantes con estas dificultades tienen que tener dislexia: para cualquier
duda es recomendable comentarlo con el equipo de orientación del colegio, ya
que los pedagogos y logopedas son los únicos especialistas que pueden confirmar
el diagnóstico mediante pruebas específicas de lectura, escritura y lenguaje).
- Retraso en el aprendizaje del lenguaje.
- Confusión en la pronunciacion de fonética similar.
- Alternancia de días buenos y días malos en el trabajo escolar.
- Dificultad notoria para aprender a leer y a escribir.
- Dificultad para distinguir izquierda de derecha.
- Dificultad para retener secuencias: el abecedario, la tabla de multiplicar, días de la semana, meses, etc…
- Escritura marcada por: omisiones, adiciones de letras o alteración en el orden de las letras.
- Dificultad para copiar cuidadosamente.
- Persistente tendencia a escribir números en espejo.
- Dificultad para aprender rimas.
- Errores ortográficos.
- Aversión a la lectura y a la escritura.
En la lectura:
- Falta de ritmo.
- Lentitud.
- Omisión de los signos de puntuación.
- Dificultad de seguir la lectura.
- Inversiones de letras en espejo.
- Mezcla de mayúsculas con minúsculas.
- Agrupaciones y separaciones incorrectas (yovivoen un lugar cerca dela pla ya)
- Coordinacion manual baja.
- Inversiones en los números (27 por 72).
- Confusión de números de sonido parecido ( 60 por 70)
- Dificultad para expresarse con las palabras adecuadas.
- Dificultad en los tiempos verbales.
¿Qué hago para ayudar a mi hijo /
alumno?
Ante la sospecha de que un niño o niña presente dislexia
podemos hacer una serie de actividades que mejorarán su nivel lectoescritor.
Tanto si tiene como no finalmente dislexia, estas actividades serán igual de
beneficiosas para facilitar el aprendizaje de la lectoescritura.
- Ejercicios de Conciencia Fonológica: Pretenden mejorar la habilidad de representar y operar mentalmente con sonidos del lenguaje.
- Ejercicios de Conciencia silábica: segmentar palabras en sílabas, omitir sílabas en palabras, sustituir sílabas, encontrar sílabas oralmente, identificar que sílaba se repite en diferentes palabras, juegos tipo “veo-veo”, ordenar sílabas para formar palabras, completar palabras, etc.
- Ejercicios de Conciencia fonémica: segmentar en fonemas, omitir fonemas, sustituir fonemas, encontrar sonidos ocultos, identificar sonidos que se repiten en diferentes palabras, discriminación auditiva, ejercicios de ordenar letras para formar palabras, juegos tipo “el ahorcado”, etc.
- Ejercicios de Conciencia Léxica: Contar mentalmente las palabras de una frase, omitir una determinada palabra de una frase, sustituir una palabra en una frase, separar frases escritas en palabras, escribir oraciones con un número mínimo de palabras, etc…
- Ejercicios compensatorios de deletreo, sopas de letras o rimas: ejercicios de deletreo de palabras, actividades con rimas, juegos de letras tipo Scrabble, crucigramas o sopas de letras, etc.
- Ejercicios de orientación y discriminación visual de símbolos o grafemas: discriminación de sílabas o grafemas, encontrar el grafema o sílaba igual al modelo.
Para finalizar…
Es muy importante ponernos en el lugar del niño o niña
afectado, entenderlo, apoyarlo, comprenderlo y animarlo. Tenemos que entender
que el niño disléxico pone tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que
tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar ese
tipo de tareas. Los padres y profesores pensaremos que es puro desinterés y los
presionamos, sin comprender que ellos se sienten como si de repente cualquiera
de nosotros nos encontrásemos de repente en una clase de escritura china, árabe
o rusa. Para ello ayudémosles a organizar su aprendizaje, olvidémonos de
remarcar constantemente sus errores, enseñémosles a disfrutar de la lectura, y
sobre todo seamos su apoyo y no su tormento.